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¿Sabes qué tipo de yoga es más apropiado para ti?

El yoga es una disciplina milenaria que aporta al cuerpo y mente relajación, bienestar, coordinación y muchos otros beneficios. Es por ello que cada vez son más las personas que introducen la práctica del yoga en su rutina habitual. Quienes deciden acercarse a esta disciplina deben tener claro que no existe un solo tipo de yoga, sino varios y que éstos se adaptan a las diferentes necesidades y gustos de la persona. Aunque todos los tipos de yoga parten de una misma raíz y una finalidad común, existen diferencias que explicamos a continuación. Algunos de los tipos de yoga más conocidos son:

• Hatha yoga: es, posiblemente, el más conocido y se puede traducir como yoga físico. Parte de este punto para beneficiar la salud mental, se concentra en las posturas corporales y tiene gran eficacia preventiva, terapéutica y para rehabilitación de lesiones. En la práctica, se combinan posturas, ejercicios, respiración, relajación y meditación. Se hace mucho hincapié en la relajación corporal mediante la vinculación con la mente. Es ideal para personas en rehabilitación de lesiones, con contracturas o mala postura corporal que genera dolencias indeseadas.

Algunos de los beneficios del hatha yoga a nivel corporal son una mayor elasticidad, firmeza, equilibrio, resistencia y vitalidad; la expulsión de toxinas; y se deshacen las tensiones musculares, bloqueos emocionales, y otros problemas como el estreñimiento y el dolor de espalda. A nivel mental, se tranquilizan las emociones y se desconecta de los pensamientos automáticos.

• Ashtanga yoga: popularizado en el siglo XX por el maestro Pattabhi Jois, lo introdujo en los años 60 en California, añadiendo en sus clases elementos propios del estilo de vida actual y occidental. En este tipo de yoga es importante coordinar el movimiento con la respiración, sosteniendo la mirada en un punto. Es un yoga exigente, posiblemente duro para principiantes, y es ideal para eliminar el estrés, corregir adicciones y aprender a autocontrolarse.

Los beneficios principales son sensación de fortaleza y flexibilidad y serenidad de los pensamientos gracias al calor y la intensidad que se genera.

• Iyengar yoga: este tipo de yoga se realiza habitualmente con objetos para realizar diferentes posturas. Para realizarla ser requiere mucha atención y concentración y la alineación correcta del cuerpo es básica. El estilo está estructurado y dividido en grados de dificultad. Es importante que las posturas se desarrollen en un orden y se mantengan durante el tiempo establecido, por lo que se debe conjugar la fuerza de voluntad y la disciplina.

Los beneficios principales son la tonificación de la circulación sanguínea y los sistemas digestivo, nervioso y respiratorio; sensación de bienestar, sosiego y energía; control de la mente y los sentidos; mejora la alineación corporal, lo que combate y previene los dolores de espalda; y aumenta la coordinación, la fuerza y la flexibilidad.

• Kundalini yoga: es el yoga que practicamos en Alma de Yoga, fue introducido en Estados Unidos en 1969 por el maestro Yogui Bhajan. Considera cuerpo, mente y espíritu en íntima conexión y se trabajan los tres aspectos en todas las clases. Combina asanas o posturas de yoga, respiración (pranayama), relajación y meditación, y en ocasiones utiliza el canto de mantras en la meditación. Los mantras son sonidos sagrados que nos ayudan a cambiar nuestro estado emocional de forma más rápida y nos facilitan claridad y concentración.

Cada clase es diferente y en cada una de ellas trabajamos un aspecto del cuerpo (sistema nervioso, sistema linfático, sistema digestivo, etc…). Existen infinidad de tablas de ejercicios o kriyas. Kundalini Yoga trabaja estimulando el sistema glandular, activando la energía en los chakras o centros energéticos y desbloqueando el cuerpo de tensiones. Sus efectos son muy rápidos y se aprecian notablemente al acabar una clase.

Los beneficios del Kundalini Yoga son, entre otros, el equilibrio del sistema nervioso, hormonal y metabólico; el aumento de la energía y la sensación de bienestar y equilibrio; favorece la calma mental, los estados de concentración; reduce el dolor de espalda y las tensiones físicas; y libera bloqueos profundos.

Estos son los tipos más conocidos de yoga, aunque existen muchos otros tipos, como el bikram yoga (que se realiza con calor) el yoga aéreo (que se realiza suspendido en el aire), el raja yoga (más meditativo), el bhakti yoga (de devoción)… en definitiva, todas son modalidades que tienen el mismo objetivo: conseguir la relajación y el bienestar del cuerpo y la mente mediante la práctica de diferentes posturas y la meditación. La elección de cual tipo de yoga practicar es algo que cada persona tiene que valorar dependiendo de los beneficios que busque obtener.

Fuente: Mujer Hoy y Vitonica.com